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Adagio Arquitectos

Revista Yucatán: ARQUITECTURA Y ENSEÑANZA

¿Estamos educando para competir en el Mundo de la Arquitectura?

Por Arquitecta Josefina Rivas Acevedo

Fundadora Adagio

 

La enseñanza y aprendizaje de la arquitectura es uno de los temas que me ha ocupado en los últimos 14 años. Tener la oportunidad de compartir tiempo y espacio con los estudiantes, en su mayoría ávidos de conocimiento, es un gran privilegio y también lo he entendido como una gran responsabilidad.

Esta labor ha sido motivo de múltiples reflexiones e investigaciones que hasta hoy día no han generado una única respuesta en cuanto a los métodos y maneras más adecuadas de lograr que un estudiante pueda convertirse en un gran arquitecto, mismo que será responsable de diseñar los espacios en los que las siguientes generaciones vivirán y desarrollarán sus actividades.

Debemos partir de la base -como señala el Sr. Carlos Mijares – de que la arquitectura se puede enseñar y se puede aprender. En realidad son pocos los alumnos con talento innato, que podrían aprender incluso por cuenta propia; lo que significa que los profesores deberíamos enfocar nuestros esfuerzos precisamente hacia quienes desean descubrir cómo desarrollar sus capacidades.

El proceso es en realidad un entrenamiento que permite desvelar habilidades y talentos, entendiendo que cada uno aprenderá de diferente manera y a distinto ritmo; abrir opciones al estudiante, escucharlo y hacer que los demás escuchen, reconociendo que el conocimiento será construido de manera individual y a través de compartir la experiencia que se va adquiriendo.

La arquitectura entendida como una relación

Probablemente una de las piezas fundamentales será el entendimiento y lectura del espacio, ayudando al alumno a observar y comprender las secuencias, los recorridos, el valor de la luz y las sombras, la riqueza de ir revelando paulatinamente el espacio… La arquitectura se trata de relaciones y no solamente entre los espacios sino con el usuario, el entorno, con el clima, los materiales, entre los usos y funciones, entre las partes que conforman una obra de arquitectura. Entender que es indispensable una gran sensibilidad y apertura de todos nuestros sentidos para descubrir la mejor manera de lograr que estas relaciones se den de manera armónica y que realmente respondan a lo que se necesita.

Todo esto es algo desconocido para quien inicia sus estudios, por lo cual la tarea del profesor es orientar, reflexionar, decir…impartir una clase donde se comparta el conocimiento. Y ¿cómo debería enseñarse la arquitectura? ¿Por qué en múltiples universidades los profesores siguen pretendiendo que el alumno aprenda mediante el ensayo y error? ¿Será necesario un régimen del terror en el que nadie sabe qué es lo que el maestro quiere? ¿No debería preocuparnos que los alumnos terminen la clase sin entender qué logros tiene un proyecto o por qué es incorrecto? ¿No debería evitarse que los estudiantes hagan proyectos que “le gusten al profesor” en lugar de expresar una propuesta propia? ¿No sería necesario que la arquitectura, al igual que las matemáticas, fuera enseñada y explicada con sus conceptos, soluciones y respectivos ejemplos? ¿De dónde podría obtener el conocimiento el alumno sino del profesor que comparte su experiencia y le muestra diferentes alternativas? Finalmente, más allá de todas estas interrogantes, lo que se busca no es que el profesor enseñe, sino que el alumno aprenda a hacer arquitectura, ese es el gran reto.

Adagio agradece el espacio que nos brinda la Revista Yucatán para exponer nuestra opinión acerca de la enseñanza de arquitectura en las aulas.

 

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