Con el objetivo de obtener más espacio, las viviendas urbanas suelen prescindir de espacios naturales, al considerarlos no esenciales. Esto es una idea equivocada, ya que la naturaleza provee de muchos beneficios a las personas y los espacios habitacionales, como luz, aire fresco, conexión con el exterior, bienestar físico y emocional, entre muchos otros.
Al ser este un proyecto que fue diseñado pensando en el confort físico y emocional de sus habitantes, se determinó que cada unidad tuviera su propio patio privado, una pequeña terraza al exterior con jardín, que se disfruta también desde el interior a través de los ventanales del comedor.
Pensar en las necesidades de los residentes, implica una visión integral, lo que nos lleva a buscar formas en las que se puede brindar un espacio que te llama a descansar y relajarte, cuando se observa desde el comedor y que te permite disfrutar un espacio personal de reposo.
En este proyecto residencial también nos dimos a la tarea de impactar hacia el exterior, cambiando la dinámica común de las privadas que al ser cerradas y no aportan al paisaje urbano.
Al ser transeúntes, normalmente no se obtiene nada al pasar por este tipo de zonas residenciales, este proyecto tiene una relación la ciudad, a través de elementos verticales, que fueron un gran acierto, para captar la atención de quien circula en los alrededores, aportando incluso iluminación, para que por la noche se generen llamativas columnas de luz.
Este diseño no resta o afecta a los hogares al interior, al contrario, funcionó como un elemento de división de los espacios, que se procuró brindara personalidad hacia afuera. “Hacer ciudad” implica no enclaustrarse y relacionarse de forma dinámica con lo que nos rodea.