El conjunto que aloja el tribunal de primera instancia se constituye por una plaza de cristal y un edificio de acero. La plaza es una balanza sobre la que descansa la sociedad y el edificio es el Fiel que se desdobla revelando sus entrañas.
La plaza de cristal protege la nave Freyssinet como un estuche o vitrina, que preserva y al mismo tiempo realza los valores histórico-arquitectónicos de París. Representa, a través de su horizontalidad, transparencia e integración de un edificio, el sentido de pertenencia, accesibilidad y de plena confianza hacia las instituciones.
En el interior de este estuche de cristal, la nave es aprovechada en el 80 % de su superficie respetando dimensiones, límites y perfiles. Este espacio es empleado para alojar por un lado a las antesalas, las salas de audiencias civiles y penales y las áreas para coloquios; y por el otro, a los espacios de seguridad y acceso altamente restringido.
En el tercio de la nave, un cuerpo se levanta 140 metros por encima de la plaza sustituyendo una superficie cercana a los 5,000 m2 en su desplante. Este cuerpo alberga las áreas restringidas penales, civiles y los medios. La sala de los sellos y la restauración ocupan diferenciados y jerarquizados espacios en las alturas.
El “Fiel de la balanza” es el elemento que proporciona la aplicación del marco comunitario y normativo que promueve y sanciona la convivencia de la comunidad en donde las instituciones estarán siempre al servicio de la sociedad.
Estructuralmente, el Fiel se desdobla transparentando sus funciones y estructura. Cortezas diferenciadas evidencian las áreas destinadas a los juzgados civiles y penales articulados por un sistema de circulaciones horizontales y verticales. La corteza destinada a los juzgados civiles la constituyen espacios amables en contacto con la luz natural y disfrutando de las vistas de la hermosa ciudad, que promuevan el diálogo y la conciliación entre las partes de una manera relajada y propositiva.
La corteza destinada a los juzgados penales proyectará, sin renunciar a la luz natural, mayor sobriedad, firmeza y solidez de tal forma que la sociedad vea reflejada en el edificio la evolución del concepto de administración de justicia.
La seguridad indispensable se logra al centralizar los accesos a través de un umbral en el centroide del conjunto, desde donde se canalizan los flujos hacia las diferentes zonas de operación. Nos apoyamos en la tecnología para filtrar de acuerdo a la autorización que para tales fines tengan las diversas personas. La coexistencia de circulaciones verticales y horizontales permitirá ofrecer toda la seguridad requerida sin afectar ni la imagen ni la funcionalidad en el interior del inmueble.»