El inmueble se presenta como un edificio que celebra la cultura. Se contextualiza como una gran puerta abierta, que deja ver en medio de la tensión de sus dos cuerpos y permite que el exterior se abra paso dramáticamente al interior. El eje de esta puerta se ha hecho coincidir con el eje central de la “Calzada de la Cultura” (una propuesta de diseño urbano, para complementar este proyecto). La comunicación visual se logra, no solamente a través de la puerta sino a través de todo el nivel de acceso.
Se realizó una propuesta urbana, con el objetivo de disminuir el tráfico y el ruido de la zona, que además permitiría integrar los polígonos norte y sur del distrito cultural, lo anterior, se complementa con una propuesta de paisajismo que brinda interesantes visuales al recinto.
Se propone también generar una Calzada de la Cultura, cuyo trazo inicie desde las instalaciones deportivas y residencias estudiantiles del CUCEA y remate en el Auditorio Metropolitano después de entrar por la Puerta de la Cultura, precedida por un gran atrio acentuado por una escultura de escala urbana.
Este proyecto se planteó a través de tres grandes ejes conceptuales: ciudad, expresión y función.
Consideramos que cada intervención en el suelo urbano es realmente una ampliación o remodelación de la ciudad misma. El terreno en el que se dispone la propuesta, forma parte de un sitio, por lo que se debe integrar a sus actividades
La expresión pretende ser la de una puerta a la cultura y una ventana al conocimiento. La filosofía que sustenta esta idea se representa visualmente:
- Puertas porque «la ciudad es la casa grande de todos».
- Escalinatas porque se llega a un templo.
- Pórtico porque todos pueden entrar y amplias rampas, para que todos lo hagan.
- Materiales durables porque la cultura es eterna.
- Amplios y fluidos espacios que combinan interiores, transiciones y exteriores, para que la gente descubra, conozca y juegue.
El desarrollo adecuado de la función prevista para un inmueble es una cualidad insustituible para que sea construido. La conservación del material bibliográfico, su fácil consulta en ambientes silenciosos o relajados a elección y primordialmente, la promoción de la lectura son los objetivos a perseguir
Arquitectónicamente, el edificio es entendido como un volumen que se secciona para generar una puerta y una gran cubierta nos permite ofrecer un magnífico umbral a través del cual podemos ver el interior del nuevo complejo.
Los prismas resultantes de la división del volumen, son nuevamente seccionados al interior para generar entre ellos un vacío.
El edificio se estructura en función de sus usos, empleando claros cortos para el acervo, que resulta el área de mayor peso, permitiendo un intercolumnio más amplio en las salas de lectura. Auditorio y Teatro interactúan para emplear de manera natural la forma de un prisma triangular. Encima de ellos las oficinas se distribuyen en las plantas libres de columnas en virtud de una estructuración como silo.
Una galería de gran altura conduce desde el vestíbulo hacia un mezanine que da la bienvenida a los visitantes después de que éstos han recorrido las áreas comerciales y de exposiciones, o bien el teatro o el auditorio. El edificio celebra la cultura y permea generosamente las vistas hacia y desde el interior favoreciendo la comunicación y promoviendo la lectura.