En el ámbito hospitalario se ha pasado de contar con edificios modestos, dedicados a la función de resguardar y cumplir con la norma, para buscar espacios que participen en el proceso de atención de los usuarios. Este nuevo reto para la arquitectura, permite conceptualizar espacios que cumplan las necesidades, pero también que colaboren con la optimización de procesos y sobre todo, pongan en primer lugar el bienestar del paciente, considerando la implementación de áreas verdes, espacios abiertos y diseños contemplativos que permiten mejorar el ánimo de los usuarios y los encaminan a una mejor salud. 

De esta forma, la premisa para este proyecto es mantener todas las áreas posibles en contacto con espacios exteriores, promoviendo la iluminación natural; ya que ese contacto con la naturaleza contribuye a bajar el nivel de estrés de los pacientes y del personal, promoviendo tiempos de recuperación más cortos, así como mayor eficiencia en el trabajo y atención médica.

El diseño de edificios para la Salud es probablemente uno de los retos más complejos a resolver, debido a la conciliación de diversos elementos, desde la disposición de los niveles y las áreas que pueden reunirse, hasta la consideración de las dimensiones para el adecuado traslado de pacientes y el cumplimiento de la normativa sobre materiales e instalaciones. Sin embargo, es también una de las necesidades más urgentes en nuestro país. 

En los últimos años, se han generado grandes cambios en el campo de la atención a la salud, dentro de los cuales cobra vital importancia la participación y empoderamiento de los ciudadanos, usuarios de los servicios.  En este sentido, la Clínica Altabrisa surge como respuesta al cuestionamiento de la sociedad sobre la calidad de los servicios hospitalarios y la relación con sus costos; con el objetivo de crear un hospital que brinde tanto al paciente como a sus familiares un servicio de primer nivel de manera accesible. 

Es importante señalar lo anterior, debido a que el diseño de la Clínica, considera un análisis de las necesidades de los usuario (pacientes, familiares, personal médico, administrativo y de apoyo), con el fin de lograr una relación armónica entre ellos y el sitio de emplazamiento, promoviendo una arquitectura sustentable, que descanse en el balance entre la sociedad, la economía y el medio ambiente. 

En este contexto, se considera vital incentivar la cercanía con la naturaleza, para promover la sensación de bienestar, no solo en pacientes, también en familiares y en el personal, que por las condiciones de su trabajo lidian con mucho estrés. De igual forma, la apertura del diseño, en relación con las áreas verdes, brinda ventajas funcionales como una mejor ventilación y luz natural

El elemento  principal en la arquitectura hospitalaria, es la relación entre el diseño y el adecuado funcionamiento de los servicios médicos, se debe tener siempre presente la seguridad y la eficiencia. También se debe considerar que estos edificios albergan diversos espacios con características particulares, que deben coexistir en un mismo entorno, por lo que la organización de las diferentes áreas debe responder a estas necesidades. Al resolver estas demandas, podemos comenzar a cuestionarnos, de qué otra forma el diseño apoya al bienestar. 

A pesar de la importancia social de los centros hospitalarios, las estructuras que los contienen suelen ser cerradas y en apariencia lejanas, careciendo en ocasiones de comodidad e incluso de humanidad. 

Por ello, al trabajar en el diseño de la Clínica Altabrisa, era fundamental crear un entorno humano y abierto. La proyección de espacios verdes iba más allá de las necesidades estéticas, ya que se buscaba que pudiera contribuir a generar un sentimiento de calma desde su entrada y siendo usuarios (paciente, familia), apoyar a través de la conexión con los visuales a sentirse menos aislados. 

La Clínica Altabrisa se diseña considerando un terreno de 5,300 m2, situado al noreste de la ciudad de Mérida. El proyecto se organiza en 1 sótano, planta baja y 3 niveles. 

En la planta baja se localiza el acceso principal de la clínica, permitiendo al usuario ingresar a través de un motor lobby para bajar al paciente directamente en la puerta del hospital. Se accede a través de un vestíbulo a doble altura, encontrando un módulo de información sobre los servicios del hospital.  Este vestíbulo organiza y relaciona los espacios de concesiones (cafetería y tienda), el área de admisión y cajas, área de aseguradoras, así como el núcleo de circulaciones verticales para el público y servicios sanitarios. 

En el servicio de urgencias cuenta con dos accesos, el público que llega a una sala de espera y el de ambulancias, que tiene un área cubierta para bajar al paciente con la protección adecuada.Contiguo a este acceso, se plantea el área de descontaminación (pediluvio y baño de artesa), una estación de camillas y sillas de ruedas. El área de urgencias se comunica con los servicios del hospital y tiene acceso al elevador de pacientes, para el traslado al área de cirugía de ser requerido.

En el primer nivel se ubican el laboratorio clínico y servicio de transfusión sanguínea y cuentan con área de espera y recepción compartida. En este nivel también se encuentra la clínica del dolor, el área de gobierno, el centro de telecomunicaciones y monitoreo. 

En el  segundo nivel se dispuso el área de cirugía que cuenta con 2 quirófanos, 3 cubículos de recuperación post-anestésica, 2 cubículos de recuperación para cirugía ambulatoria, circulación blanca con lavabo para cirujanos, circulación gris con prelavado para instrumental, además de todos los servicios propios de esta área; así como un espacio de descanso con acceso a una terraza para el personal; el acceso está controlado de manera que los familiares únicamente pueden usar la sala de espera, el oratorio y los sanitarios públicos.