Este proyecto requería un amplio trabajo de investigación y conceptualización, con el objetivo de conjuntar tres aspectos: el rescate de los espacios que lo permitieran, la tradición del diseño colonial y destellos de diseño contemporáneo que armonizaran con los otros para prolongar su vida y servir a las circunstancias actuales de vivienda, además, para crear visuales únicos. 

La propuesta de diseño conceptualiza la recuperación de la primera crujía y la consolidación de los espacios originales existentes, incluyendo elementos contemporáneos en el patio central que se había perdido y en las áreas de apoyo para los servicios de los nuevos usos solicitados.

La Casa de los Venados, en su condición actual, es un proyecto que surgió de la pasión y compromiso de su dueño, para quien siempre había sido un sueño contar con una propiedad de estilo colonial y que terminó cumpliendo este anhelo en el poblado de Valladolid, Yucatán. Esta idea se unió con el instinto cultural y artístico que da originalidad a este espacio. 

“Una casa es un pasatiempo…” Es la reflexión que su propietario, John Venator, tiene sobre este espacio y que describe el concepto de compromiso y dedicación del cliente en este proyecto. El tiempo y el costo del mismo, aún cuando no dejan de ser importantes, pasan a un segundo término. Ya que cuando tienes un pasatiempo, el gasto será el que tenga que hacerse y el tiempo será el que se necesite…

El proyecto se desarrolla en una casona del siglo XVII que fue habitada por última vez en los años 60’ (antes de su remodelación), por lo que estaba en un estado de abandono, presentaba, por lo tanto, un gran deterioro. Se encuentra a 50 metros de la Plaza Principal de la ciudad colonial de Valladolid.

El propietario deseaba una intervención en el edificio para albergar un Hotel de Categoría Especial (Hotel Boutique), un área para realizar eventos sociales, una casa para los propietarios y una galería de arte, montada en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán (MACAY), el Museo de Artes Popular de México (MAP) y el Museo de Arte de Chicago. 

La galería de arte está ubicada dentro de la primera crujía y el lobby del hotel, dentro del zaguán. Las áreas públicas fueron zonificadas en los espacios más próximos a la calle, mientras que los espacios más privados, como habitaciones, la casa del propietario y el área de piscina, se ubicaron hacia el interior del predio, lo más alejados posible de la vialidad. 

El patio central recupera sus corredores a través de columnas esbeltas y cubiertas metálicas ligeras y el área de la piscina se desarrolla a partir de un puente que surge como extensión del patio y atraviesa la construcción original, proyectándose hacia el traspatio.

Al visitar el predio, era clara su condición de abandono y destrucción. La casa se encontraba en un estado deplorable, de tal forma que la última vez que fue habitada una parte del techo se había caído. Así que, además de su mal estado, era una situación de riesgo no realizar en ella un trabajo de rehabilitación. 

Desde el trabajo de levantamiento de lo existente, se realizó una detallada labor para registrar cada elemento y poder conceptualizar posteriormente.  La tarea de restauración y rehabilitación fue un reto, pero era importante descubrir el espíritu del lugar y todos los mensajes guardados en él.

Durante este trabajo de investigación se fueron descubriendo elementos que fueron modificados a lo largo del tiempo. Encontramos una arcada del patio central que había sido tapada en alguna de las remodelaciones previas.  

Buscamos dar vida al espacio, aprovechar lo existente y complementarlo con nuevas áreas, que además resolvieran las necesidades del cliente: un área de hospedaje (con pocas habitaciones), un departamento para que él pudiera vivir con su esposa y espacios comunes que pudieran ser disfrutados por todos.